Este fin de semana nuestra compi Mariola ha participado en una ruta cicloturista por tierras francesas. Tras la experiencia aquí nos deja unas líneas con el detalle de lo acontecido:
Un fin de semana para recordar.
La recogida de dorsales una fiesta en un entorno espectacular Tarascon sur Ariege.
La organización con un trato excelente en todo momento, y disfrutando de la feria instalada en la plaza de entrega de dorsales. Recoger el dorsal y encontrarte con un Melchor Mauri y hacerte una foto con un grande.

La mañana amanecía con niebla pero no teníamos previsión de lluvia, pero la humedad relativa se hacía notar notando la condensación en la piel desde el primer momento.
La salida amenizada por el speaker, los compañeros en su mayoría franceses, pero con nacionalidades como alemanas, portuguesas, italianas y por supuesto, españolas.
La subida al primer puerto transcurrió muy tranquila. Subida tendida y muy agradecida. Al llegar al Col du Port se avista lo que se nos avecinaba a los corredores. Niebla en las cimas y calor en los poquísimos tramos llanos entre cumbres. Con un rango de temperatura entre los 12 grados y los 29, todo con una humedad ambiental muy severa. Para ello la organización instaló muchos más puestos de avituallamiento líquido de los previsto para la marcha. Muy de agradecer en aquellas circunstancias.

La bajada del col du Port y Sarraille, asfalto mojado y con algún viraje complicado pero, casi el 80% de la bajada para disfrutar, con multitud de carteles de aviso para las curvas peligrosas tramos con mucha pendiente y recordándolos que circulásemos por nuestra derecha.
Nos enfrentamos al Col de Lers, último puerto de nuestra marcha. La afrontamos con 80kms en las piernas y con pendientes que superaban el 12 y 13%.

A medida que subíamos, la niebla se apoderaba del paisaje y no podías ver nada más allá de apenas unas decenas de metros. Los 5 últimos kilómetros se prometían curiosos, por la dureza del terreno y la inclemencia del tiempo. Aún así, los ciclistas y las personas que, a pesar de la niebla, frio y llovizna permanecían en el arcén animaban los animaban, arropándolos para culminar el último puerto.
Al fin, después de coronar, te pertrechas de ropa para la bajada, y con sumo cuidado, puesto que la visibilidad es prácticamente nula, te aventuras los últimos kms de bajada para la llegada a Auzat.
La bajada del puerto, peligrosa por las condiciones climáticas, seguramente en un día soleado sará un placer disfrutar la bajada para cualquier ciclista aficionado, sin curvas peligrosas y con asfalto en perfectas condiciones.

Mencionar que durante todo el recorrido la señalización de los tramos peligrosos fue excelente, el trato por los voluntarios exquisito y la feria a la llegada bien organizada.

Una cicloturista, en el amplio sentido de la palabra para disfrutar en un entorno incomparable.